viernes, 13 de enero de 2017

ESPAÑA: Extremadura - Plasencia
marzo - 2016


PLASENCIA es un pequeño y hermoso lujo. Todo el casco antiguo está lleno de palacios, iglesias grandes y poderosas que a veces parecen fortalezas, plazas y la silueta de la catedral, una catedral vieja románica a medio tirar y otra nueva gótico renacentista a medio hacer. Y las dos están encastradas la una en la otra y forman una extraña simbiosis, un extraño cuerpo.

 


           Afortunadamente las calles y plazas no están muy vacías. Los turistas las ocupamos y les damos vida y ambiente. Por aquí también está el conservatorio y escuelas de arte con lo que se ve a niños y jóvenes pasar hacia un sitio y otro.  




         Pero los edificios se imponen. Todo lo ocupan aunque estén bien separados unos de otros. Tienen como entidad propia, aunque es una entidad cargada de humanidad.


 Están hechos a escala humana, están como demasiado llenos de recuerdos, de recuerdos de cosas iguales a las que nos ocurren a los hombres de hoy, y esos recuerdos se escapan, nos envuelven y hacen que nos sintamos como en nuestra casa, como en nuestro ambiente. Aquí las piedras hablan.




No hay comentarios:

Publicar un comentario