En TORRELOBATÓN, hay uno de los castillos mejor conservados de toda Castilla y León. Se construye a mediados del siglo XV, y perteneció a los Enriquez, Almirantes de Castilla. Fue atacado y conquistado por los Comuneros, pero fue su última victoria, ya que camino a Toro, fueron derrotados y ajusticiados en Villalar, en 1521. El castillo se arregló y hoy en día luce así de bonito.
Y viendo este castillo y recordando el poderío de los Enriquez, me vienen a la mente estos versos:
Las dádivas desmedidas
los hedificios reales
llenos de oro
las baxillas tan febridas
los enriques y reales
del thesoro
los jaezes y cavallos
de su gente y atavíos
tan sobrados
¿dónde iremos a buscallos?
¿Qué fueron sino rocios
de los prados?
¡Qué razón tenía Jorge Manrique cuando escribió esto! Me acuerdo de sus versos muchas veces, cuando viajo y veo grandes tumbas, lujosos palacios, ruinas de grandes castillos, y cosas y cosas a las que se dio mucha importancia y que ahora no son nada, ni siquiera un recuerdo.
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