LA INDIA (1) - Delhi
Llego a Delhi por la noche. El autobús que nos lleva al hotel recorre
calles oscuras, vacías. Solo veo casas destartaladas, casas nuevas y mucha
suciedad por el suelo.
Por la mañana visitamos la ciudad.
El autobús nos lleva a la Mezquita de Hama Masid, la mayor de la
ciudad y una de las mayores de la India.
Por el camino todo lo miro con
curiosidad, con expectación, veo ritsos, bicicletas, algunos automóviles,
furgonetas, autobuses y gente. Aquí viven 16 millones de personas y están por
todas partes, todo está lleno.
La
mezquita me recuerda mucho a las de Asia Central, sólo que sin los azulejos
azules. Y no es raro porque este edificio, al igual que otros muchos fue
edificado por un emperador o rey mogol. Es un edificio bonito, pero lo que más
me llama la atención son los colores de las ropas de las mujeres ¡Son tan
diferentes a los que se ven en Europa!
Y luego la calle. Estamos junto al
viejo Delhi y damos una pequeña vuelta en un ritso, en uno de esos triciclos
que un hombre mueve dando pedales. Montamos otro y yo y el hombre se las ve y
se las desea para hacerlo mover. Al final del trayecto pide una propina y le
doy 100 rupias, menos de 2€, una cantidad desorbitada para la India, pues el
viaje habrá costado 30 ó 40 rupias.
Hoy el hombre ha hecho su agosto. Es mi
primera experiencia comercial. Enseguida aprendo lo que es mucho y lo que es
poco.
Visitamos
el Monumento a Gandhi, el lugar
donde fue incinerado. Su tumba no existe pues sus cenizas fueron echadas en
varios ríos.
Es un lugar como de
peregrinación para los hindúes. La gente anda en silencio, es respetuosa y el
lugar está limpio. Y yo me asombro ante el colorido de las ropas de los grupos
abigarrados de mujeres, mujeres y hombres que vienen de todas partes de la
India.
Yo me pregunto como un martes puede haber tanta gente, hasta que caigo
que aquí viven 16 millones y que muchos tendrán este día libre o serán sus
vacaciones, eso sin contar los de otras ciudades. Total, solo hay 1000 millones
de personas en la India.
Y desde allí al Templo Sikh. Los Sikh son los practicantes de una religión fundada
en el siglo XVI. Los sikh siempre fueron guerreros, hoy todavía muchos llevan
cuchillos y espadas. Sus templos se distinguen enseguida: las cúpulas son
doradas.
Y en el interior se guarda una copia del libro sagrado frente a la que
ora un sacerdote y junto a la que cantan salmos religiosos. Todo el altar es
dorado o de pan de oro, yo eso ya no llego a distinguirlo.
Los sikhs son muy
ricos y afortunadamente son muy caritativos.
En todos los templos se hace comida que se reparte gratuitamente a todo
el que se acerca allí.
Mujeres y hombres voluntarios hacen la comida, la sirven
y lavan los cacharros.
Y todo con el dinero que ellos aportan. A mi me
parecieron personas amabilísimas, agradables y simpáticas.
No ponen ninguna
pega cuando les quieres hacer una foto, es más, te lo facilitan cuanto pueden,
y a veces hasta llegan a posar con lo cual la estropean.
Como nuestro guía era
sikh pudimos entrar en las cocinas y recorrer todas las dependencias del
templo. Hasta probamos el pan que hacían, que era un pan delicioso.
La Tumba
de Humayum es Patrimonio de la Humanidad y un claro
antecedente del Taj Mahal. En realidad, no es una tumba, es todo un
conjunto funerario.
Y en estos jardines hay muchas aves que andan
tranquilamente sin asustarse de nadie, y ardillas grises que andan por todos
los sitios y no se están quitas ni un momento, y árboles de tronco retorcido,
como los que salen en las películas de la selva, que me gustan mucho. Y luego
las pequeñas tumbas, solitarias, con un cierto abandono que les da un toque
como de romanticismo, como de lugar virgen en medio de la selva que uno acaba
de descubrir. Para mí aquí radica el encanto de este lugar
.
La Puerta de la India. Es la
parte más señorial de la India inglesa, la puerta es un monumento a los hindúes
caídos en la guerra mundial.
Hay un extenso parque y los niños se bañan en los
estanques, la gente pasea y los puestos de chuches y refrescos ponen una
maravillosa nota de color.
¡Ah! Los refrescos están al sol y la gente los coge
tal cual y se los bebe. Será para no pillarse anginas.
Las
ruinas de Qutab Minar, Patrimonio de
la Humanidad, están a las afueras de Delhi. Aquí está el minarete más alto del
mundo.
Todo es muy antiguo, del 1100 ó 1200 y es el monumento islámico más
antiguo de la India. Es una mezcla de arte indú y arte musulmán de influencia española
y mogola. Todo el conjunto me resulta muy exótico, si estuviese en medio de la
selva, recubierto en parte por árboles y plantas, parecería uno de esos templos
de Kim de la India o del Libro de la Selva.
Todo me resulta a la vez familiar y
a la vez nuevo. Nunca había visto en la realidad nada de esto, sólo lo había
visto en películas y dibujos de libros de aventuras.
A
las 7 de la tarde ya es casi de noche y el guarda nos echa rápido. Este día en
la India ha sido denso en imágenes y en lugares visitados. ¿Cómo serán los
próximos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario