ALPES
SUIZOS
La cabaña
du Grand Mountet.
Las guías que tengo me indican este lugar como uno
de los más hermosos de los Alpes. En el camping que está al final del pueblito
de Zinal, en el comienzo del camino que conduce hasta la cabaña, un señor me
dice que ésta está en medio de un círculo de montañas de más de 4000m y que
ellos la llaman la Corona Imperial
“la Couronne Imperial ”.
Fotografía tomada de Internet.
La subida es
larga, penosa, dura. Es un constante subir y subir y subir, sin apenas un
rellano para descansar las piernas y tomar aliento. Al fondo del valle aparece
el Grand Cornier, afilado, airoso, con sus glaciares que bajan y que me sirve
de compañero durante casi toda la caminata. Detrás
de él aparece una montaña que poco a poco se va descubriendo como más airosa,
como más atrevida. Al principio parece estar casi pegada pero poco a poco va
apareciendo una brecha entre ellas que cada vez se va haciendo más amplia, más
basta, más dilatada; y por esa brecha asoma un glaciar, primero de una manera
tímida, luego de una forma clara y vistosa. Y esta constante visión se
convierte en mi compañera; cada paso que doy, cada nuevo resalte que alcanzo,
supone una nueva perspectiva del Grand Cornier y de la Dent Blanche , pues es este
cuatro mil el nuevo compañero que me he echado y que de una manera ansiosa y
casi egoísta, reclama cada vez con más
insistencia mi atención.
Esta
vista, por un lado me anima a seguir para así ver que habrá más allá, y por otro lado me anima a detenerme para
contemplar con más calma, con más sosiego,
a estas dos gigantes y a los glaciares que los acompañan. Y así,
subiendo y descansando, porque tengo
motivo para hacer las dos cosas, llego muy alto, muy arriba. Y de repente me
quedo sobrecogido por el espectáculo. A mi derecha mis compañeros de viaje: el
Grand Cornier y la Dent Blanche ,
al frente un inmenso y atormentado glaciar roto en el medio por un afilado
islote rocoso que obliga a una rama del glaciar a describir una amplia curva.
Al fondo de ese glaciar una montaña que debe ser la Pointe de Zinal, casi toda
ella blanca, con una enorme mole de nieve colgada de su pared y con montañas
nevadas algo más bajas que le hacen una perfecta compañía.
Un poco más a la izquierda un atormentado
conjunto de glaciares que bajan de otro de los gigantes que forman la Corona Imperial : el Ober
Gabelhorn. Y aquí, frente a esta inmensidad glaciar me siento a contemplar. No
quiero seguir más adelante, no creo que haya nada más que ver. Estoy frente al
conjunto glaciar más impresionante de todos los que he visto. El espacio es muy
grande, las distancias entre unas montañas y otras son amplias, así como la que
hay entre ellas y yo, pero a pesar de eso me siento empequeñecido, me siento
como algo pequeño e insignificante frente a esta grandiosidad y majestuosidad,
como algo que podría desaparecer en un instante y que no alteraría nada esta
inmensidad.
Fotografía tomada de Internet
Aquí se percibe una de las más grandes manifestaciones de fuerza y
poderío de todos los Alpes. Desde mi atalaya veo a unos jóvenes que vienen del
refugio; les pregunto que cuanto queda y
sobre todo, que si la vista es muy diferente a ésta y si merece la pena;
su respuesta es tajante: hay que llegar al refugio para ver todo. Animado por
estas palabras continúo, y la vista del Ober Gabelhorn va cambiando y ganando
en espectacularidad y misterio, ya que unas nubes juegan por su pared norte con
lo que la imaginación empieza a entrar en acción.
Fotografía tomada de Internet
Los cada vez más atormentados
glaciares de la cara norte empiezan a hacerse más visibles, y ya pasado el
refugio, donde acaba el pequeño sendero, puedo observar al otro gigante el
Zinalrothorn.
El
espectáculo glaciar no puede ser más… ya no encuentro adjetivos para expresar
lo que desde aquí se ve y lo que desde aquí siento. Sobrecogido por tan inmenso
espectáculo y totalmente repleto de imágenes, que espero nunca olvidar, inicio el largo descenso que me lleva otra
vez a Zinal. Y este descenso es un descenso
triste, triste porque supone un alejamiento, quizá para siempre, de uno
de los lugares más grandiosos que he conocido de todos los Alpes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario