domingo, 4 de marzo de 2018

NEW YORK
RASCACIELOS Y MÁS RASCACIELOS.
 
  
 
Al igual que Venecia Nueva York es una ciudad única, no se parece a ninguna. Y una de esas cosas que la hacen única es la concentración de rascacielos y la variedad de los mismos. Desde casi todas las calles, desde casi todos los barrios se ven rascacielos. Hay zonas en las que te rodean, casi te aplastan. Hay calles a las que nunca llega el sol. Hay barrios en los que uno disfruta del sol y uno se siente más a gusto en un ambiente de dimensiones más humanas, pero de repente, al doblar una esquina, surge uno o varios rascacielos enormes, altísimos.
 


 
 Unos anchos,  otros estrechos como finísimas y esbeltas agujas. Unos son de cristal o de plástico y reflejan otras viviendas, otros rascacielos. Unos son lisos, otros tienen diversas zonas separadas de las más diversas maneras. Me gustaría saber más de arquitectura contemporánea y hacer un estudio de los diversos tipos de rascacielos y sus soluciones plásticas, pues aquí vuelvo a percibir a la arquitectura como una de las bellas artes, algo que en muchos lugares y que en muchas ocasiones se ha olvidado. 
 
 

 
 
 Algunos rascacielos son como continuación de otros más bajos, otros crean rincones muy acogedores, otros te obligan a recorrer la fachada siguiendo ciertas líneas sabiamente trazadas, otros son un prodigio de luz y de color, pues hacen que el color y la luz cambien según la posición del sol y la del observador.
 
 
Rascacielos de Nueva York con columnas en las fachadas, con gárgolas similares a las de las catedrales. Rascacielos de estilo neogótico con ventanas y ventanas que parecen arrancadas de Venecia o de palacios europeos. Y como para no hacer de menos a otros estilos arquitectónicos también hay rascacielos de estilo neorrománico, con arcos de medio punto y capiteles dignos de cualquier iglesia o claustro románico.
 

 
        Rascacielos de New York que a veces se apiñan como si fuesen una bandada de gorriones y otras están solitarios y van orgullosos por la ciudad como si no quisieran saber nada de nadie. Sí, porque hay rascacielos que van por la ciudad; se les ve desde casi todos los sitios y aparecen como de repente, al doblar una esquina, o al mirar desde la ventana de un edificio. Son rascacielos altos, finos, que están en lugares estratégicos, en el cruce de varias avenidas. Son rascacielos que rápido se hacen familiares.

      
           Pero puestos a preferir yo prefiero esas bandadas de rascacielos, esos grandes grupos que parecen arroparse unos a otros y que me dan la sensación de ser una bandada de gigantes que compiten entre sí por ver cual se yergue más arriba, más alto.
¡Rascacielos de Nueva York!


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