RUTA DE LA SEDA (2)
TASHKENT
Tashkent
es la capital de Uzbekistán. Me sorprenden sus grandes avenidas y sus edificios
modernos. Las avenidas son tan anchas que la gente está como perdida. Todo
parece vacío.
Al primer sitio que vamos es al complejo
islámico, un conjunto de edificios del siglo XVI muy restaurados.
Es lo primero
que veo en este estilo y la verdad es que me gusta mucho. Me gusta el brillo de
los azulejos, las cúpulas con ese color verde esmeralda, el decorado de los
azulejos y ese aire especial que tienen
todas estas construcciones.
Iba a decir que tienen un sabor oriental y
ahora que lo pienso me sonrío. ¡Cómo no lo van a tener si estoy en Oriente! Hace mucho, mucho calor y todos
buscamos desesperadamente la sombra.
Las cúpulas parece que se encuentran a gusto
y brillan más.
Después
visitamos el mercado. En la época soviética se construyó este nuevo mercado
para que las condiciones higiénicas de los alimentos y las condiciones ambientales
de los vendedores y compradores fuesen mejores.
Creo que antes sería más típico
pero no se puede tener todo a la vez. Y
paseando por aquí me doy cuenta que el tipismo apenas lo da el lugar, el
tipismo lo dan las personas, sus gestos, sus ropas, su forma de moverse, los
objetos que utilizan, etc.
A mi me
parecen tremendamente típicos esos cubos y recipientes de zinc, similares a los
que yo veía de niño pero que hace mucho tiempo que dejé de ver.
Me parecen
típicas esas cunas tan coloreadas y tan extrañas para mí; nunca las había visto.
Y es típico para mí el traje de esta mujer con esos pantalones que lleva debajo,
del mismo color que el vestido que lleva encima.
Y también son típicos todos estos sacos y
recipientes llenos de especias que ponen una nota de brillante color
desconocida en los mercados europeos.
¿Y cómo no va a ser típico ese muchacho
con el gorro estilo oeste vendiendo melones?
Y estas escobas con ese color
rosado en el extremo que ya he visto en las calles a las mujeres que las
estaban barriendo ¿cómo no van a ser típicas?
Todo el
mercado es igual y diferente a los mercados que he visto en otras partes del
mundo. Me llaman mucho la atención la variedad de razas que se ven en esta
ciudad: los turcos, similares a los de Turquía y de características muy
mediterráneas; los eslavos o descendientes de los rusos, con ojos verdosos y
claros; los mongoles y sus descendientes pues
Gengis Kan en sus conquistas mató a los hombres pero no a las mujeres y
como consecuencia de ello hubo un gran mestizaje; los chinos y otros muchos pueblos que habitan
en el Asia Central y que se han movido de un sitio para otro.
Y nos vamos en autobús hacia Samarkanda.
Carretera y campo llano. Los bordes de la carretera están llenos de casas bajas
de una planta con el techo de Uralita. Canales de riego de la época soviética
para regar los campos de algodón (Uzbekistán es el 4º productor mundial de
algodón). Puestos de bebidas junto a la carretera. Campos y campos de cultivo.
Mujeres con paraguas como sombrilla. Pequeñas vacas flacas. Niños corriendo,
jugando, saludando.
Corderos de Astrakán, con los que se hacen los abrigos de
garras (Astrakán es una región cercana de Rusia). Tractores con melones.
Puestos de melones y sandías. Pueblos nuevos, pequeños, iguales. Niños con
pequeños carros tirados por un burrito también pequeño, por un burrito que
parece un niño.
Pequeño mercado de melones. Camiones. Puestos. Tractores. De
los tractores a los camiones y a los coches. Melones amarillos, blanquecinos,
verdosos.
Parada del autobús de línea en una gasolinera. Colores por doquier. Mujeres que posan
sonrientes para una foto. Calor, calor seco. Mucho calor.
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