miércoles, 22 de noviembre de 2017

LA INDIA (1) - Delhi
         Llego a Delhi por la noche. El autobús que nos lleva al hotel recorre calles oscuras, vacías. Solo veo casas destartaladas, casas nuevas y mucha suciedad por el suelo.
          Por la mañana visitamos la ciudad.
         El autobús nos lleva a la Mezquita de Hama Masid, la mayor de la ciudad y una de las mayores de la India.
 
 
 Por el camino todo lo miro con curiosidad, con expectación, veo ritsos, bicicletas, algunos automóviles, furgonetas, autobuses y gente. Aquí viven 16 millones de personas y están por todas partes, todo está lleno.

        
           La mezquita me recuerda mucho a las de Asia Central, sólo que sin los azulejos azules. Y no es raro porque este edificio, al igual que otros muchos fue edificado por un emperador o rey mogol. Es un edificio bonito, pero lo que más me llama la atención son los colores de las ropas de las mujeres ¡Son tan diferentes a los que se ven en Europa!

         Y luego la calle. Estamos junto al viejo Delhi y damos una pequeña vuelta en un ritso, en uno de esos triciclos que un hombre mueve dando pedales. Montamos otro y yo y el hombre se las ve y se las desea para hacerlo mover. Al final del trayecto pide una propina y le doy 100 rupias, menos de 2€, una cantidad desorbitada para la India, pues el viaje habrá costado 30 ó 40 rupias.
 
Hoy el hombre ha hecho su agosto. Es mi primera experiencia comercial. Enseguida aprendo lo que es mucho y lo que es poco.
Visitamos el Monumento a Gandhi, el lugar donde fue incinerado. Su tumba no existe pues sus cenizas fueron echadas en varios ríos. 
 
 
 Es un lugar como de peregrinación para los hindúes. La gente anda en silencio, es respetuosa y el lugar está limpio. Y yo me asombro ante el colorido de las ropas de los grupos abigarrados de mujeres, mujeres y hombres que vienen de todas partes de la India.
 
 
Yo me pregunto como un martes puede haber tanta gente, hasta que caigo que aquí viven 16 millones y que muchos tendrán este día libre o serán sus vacaciones, eso sin contar los de otras ciudades. Total, solo hay 1000 millones de personas en la India.
         Y desde allí al Templo Sikh. Los Sikh son los practicantes de una religión fundada en el siglo XVI. Los sikh siempre fueron guerreros, hoy todavía muchos llevan cuchillos y espadas. Sus templos se distinguen enseguida: las cúpulas son doradas.
 
 
Y en el interior se guarda una copia del libro sagrado frente a la que ora un sacerdote y junto a la que cantan salmos religiosos. Todo el altar es dorado o de pan de oro, yo eso ya no llego a distinguirlo.
 
 
 Los sikhs son muy ricos y afortunadamente son muy caritativos.  En todos los templos se hace comida que se reparte gratuitamente a todo el que se acerca allí.
 
 
Mujeres y hombres voluntarios hacen la comida, la sirven y lavan los cacharros.
 
 Y todo con el dinero que ellos aportan. A mi me parecieron personas amabilísimas, agradables y simpáticas.
 
 
 No ponen ninguna pega cuando les quieres hacer una foto, es más, te lo facilitan cuanto pueden, y a veces hasta llegan a posar con lo cual la estropean.
 
 
Como nuestro guía era sikh pudimos entrar en las cocinas y recorrer todas las dependencias del templo. Hasta probamos el pan que hacían, que era un pan delicioso.
 La Tumba de Humayum es Patrimonio de la Humanidad y un claro antecedente del Taj Mahal.   En realidad, no es una tumba, es todo un conjunto funerario.
 

 
 Y en estos jardines hay muchas aves que andan tranquilamente sin asustarse de nadie, y ardillas grises que andan por todos los sitios y no se están quitas ni un momento, y árboles de tronco retorcido, como los que salen en las películas de la selva, que me gustan mucho. Y luego las pequeñas tumbas, solitarias, con un cierto abandono que les da un toque como de romanticismo, como de lugar virgen en medio de la selva que uno acaba de descubrir. Para mí aquí radica el encanto de este lugar
.

           La Puerta de la India. Es la parte más señorial de la India inglesa, la puerta es un monumento a los hindúes caídos en la guerra mundial.
 
 
 Hay un extenso parque y los niños se bañan en los estanques, la gente pasea y los puestos de chuches y refrescos ponen una maravillosa nota de color.
 
 
 ¡Ah! Los refrescos están al sol y la gente los coge tal cual y se los bebe. Será para no pillarse anginas.     
 
 
Las ruinas de Qutab Minar, Patrimonio de la Humanidad, están a las afueras de Delhi. Aquí está el minarete más alto del mundo.
 
 
Todo es muy antiguo, del 1100 ó 1200 y es el monumento islámico más antiguo de la India. Es una mezcla de arte indú y arte musulmán de influencia española y mogola. Todo el conjunto me resulta muy exótico, si estuviese en medio de la selva, recubierto en parte por árboles y plantas, parecería uno de esos templos de Kim de la India o del Libro de la Selva.
 
 
Todo me resulta a la vez familiar y a la vez nuevo. Nunca había visto en la realidad nada de esto, sólo lo había visto en películas y dibujos de libros de aventuras.
         A las 7 de la tarde ya es casi de noche y el guarda nos echa rápido. Este día en la India ha sido denso en imágenes y en lugares visitados. ¿Cómo serán los próximos?
 


jueves, 2 de noviembre de 2017

CASTILLOS DEL LOIRA (6): de Vendome a Amboise.
          Vendome es otra ciudad en la que estuve hace tiempo, pero ahora entro por otro sitio, dejo el coche en otro sitio y recorro lugares por los que no fui la otra vez.
Yo no sé si estas puertas son las antiguas puertas de las antiguas murallas que han modificado con el paso del tiempo o son puertas de adorno, que se han hecho en una época en que ya no eran necesarias las murallas.  
Hay zonas de Vendome en los que hay muchos canales, son canales tranquilos, rodeados de viviendas y de jardines. El efecto es precioso, y cosa curiosa, esta ciudad no se llama la Venecia de… de nada. Voy a ver el museo, pero hoy es lunes y está cerrado. ¡Qué le vamos a hacer!
 La colegiata espléndida, con esa luz única del buen gótico francés, aunque los alemanes tampoco se quedan muy atrás.   


          Lavardin está hoy vacío. No me encuentro a nadie por la calle. El castillo está allí solito, en lo alto, cayéndose a trocitos. Es un castillo digno de lástima.
 Y la iglesia sí que está abierta. Pero no está sola. Hay muchos personajes en las paredes en bastante buen estado que hablan de sus cosas y se dan compañía unos a otros sin necesidad de que vengan fieles a rezar o a los cultos.
 
Ya estuve en este lugar hace años, cuando hice otro recorrido por los castillos del Loira y comí a la orilla del río.


          La Possonnière es una mansión mandada hacer a comienzos del siglo XVI según la moda italiana. En esta casa, en 1524, nació Pierre Bonard, el príncipe de los poetas franceses, una especie de Garcilaso español que tuvo la mala suerte de enfermar a los 15 años y quedarse casi sordo.
 La casa es relativamente pequeña, pero se respira un aire especial: el aire del renacimiento. Está decorada con un magnífico buen gusto, tanto en paredes, chimeneas, vigas, escasos muebles y nada más, porque no tiene mucho más;
bueno, tiene una magnífica luz natural que atraviesa viejos cristales y dejan borroso el exterior. Esta luz natural pone de manifiesto la intención con la que
se hacían estas viviendas, en las que la luz alegraba todo, en las que la luz hacía sentir la alegría de la vida.
 
          Chateau Renault es un viejo castillo del que no queda casi nada. Hay alguna cosa de los añadidos posteriores que ahora sirven de restaurante y de ayuntamiento. 

Lo que sí queda es el emplazamiento, allá en un alto, desde el que se ve una magnífica perspectiva del pueblo, con su torre, sus chimeneas, sus tejados inclinados.  
Al ver estos tejados me entran ganas de pintarlos, pero luego lo dejo; me desanima la falta de color y la nula predisposición de mi profesor de pintura para hacer modificaciones del natural.
 
           Amboise está así de espectacular cuando llego. Las últimas luces de la tarde parece que hacen arder el castillo. Amboise es uno de los castillos con una vista más espectacular de todos los castillos del Loira.
 Amboise está muy unido a la historia de Francia, aquí tuvieron lugar multitud de acontecimientos que influyeron en la historia de este país. Aquí estuvieron recluidos reyes, aquí murieron algunos, aquí hubo juicios importantísimos, conjuras, aquí estuvo Luis Felipe, etc.
Y de este palacio, por desgracia, se destruyeron la mayor parte de sus estancias: eran demasiadas y no se podían mantener; me parece que esta fue una idea de un tal Napoleón, pero este señor fue el Emperador y de él no se hace la menor crítica.
 El castillo está muy restaurado, afortunadamente muy bien; y por dentro se ve lo que en casi todos.