martes, 14 de marzo de 2023

Yoruks: Nómadas de Turquía.

 LOS YÖRÜKS – TURQUÍA

        Los Montes Tauro son un sistema montañoso que está en el sur de Turquía, y separan la meseta central de Anatolia de la franja costera mediterránea, siendo una frontera climática entre la zona central y el Mediterráneo.

        
        En las cotas bajas predominan los bosques mediterráneos de encina y pino. Por encima de los 1.200 metros hay bosques de montaña. En las zonas más altas hay pastos desprovistos de árboles. 

La parte central de los montes Tauro es la más agreste y la de mayor altitud. Aquí está el monte Demirkazik (3.756 m).
En la meseta de Anatolia, al fondo el monte Argeo

        El punto que marca la transición entre la sección central y la sección oriental del Tauro son las Puertas de Cilicia, un estrecho paso natural que sirve de conexión entre la llanura costera y el interior de Turquía, y que ha sido usado desde el 4.500 antes de Cristo y por el han pasado los hititas, los griegos, Alejandro Magno, los romanos, los bizantinos, los sasánidas o persas, los mongoles y los cruzados. Vamos, ¡que ha sido un lugar muy transitado!.

Foto antigua de las puertas Cilicias

Autopista actual en las puertas Cilicias

        Y como ha sido un lugar muy transitado, y, en muchas ocasiones, los que pasaban por allí eran gente muy belicosa, pues ha estado muy fortificado. En la foto de esta localidad, próxima a las Puertas de Cilicia, se conservan unas murallas muy similares a las de Ávila. Imagino que será de casualidad o a lo mejor son de la época de las cruzadas y se parecen porque el románico era el estilo que había en Europa, y los cruzados se chivaron de cómo se hacían las murallas en sus países.

        Y por estos lugares, por las montañas del Taurus y la meseta de Anatolia y las llanuras costeras viven los últimos nómadas de Turquía, también conocidos como Yörüks. Estos hombres, siguiendo una tradición de unos 1.000 años y que representa el estilo de vida nómada de Anatolia, se trasladan durante el verano a los lugares más frescos de las montañas con sus rebaños de cabrascamellos y caballos, y en invierno regresan a las zonas más cálidas de la zona sur, próxima al Mediterráneo.

En el verano en las zonas montañosas

        La palabra Yörük significa “las personas que caminan". Sin embargo, los Yörük son algo más que "personas que caminan". Los Yörük son un pueblo túrquico semi-nómada o trashumante que reside sobre todo en Anatolia. Al ser solo seminómadas, significa que los Yörük solo efectúan dos migraciones al año: una en primavera hacia los pastos de verano y otra en otoño hacia los pastos de invierno.

        El término Yörük aparece hacia el 1430 para referirse a todos los grupos que llevan una forma de vida nómada. Sin embargo, a finales del siglo 15, el término Yörük hace referencia a grupos túrquicos nómadas sunitas. Este cambio de significado comenzó por cuestiones de política y religión, para diferenciar a los sunitas de los chiitas, cuestiones que son bastante enrevesadas y que no merece la pena comentar aquí.

        La gran mayoría de las comunidades tribales nómadas no yörük fueron suprimidas y obligadas a establecerse, renunciando a su forma de vida nómada. Aquellos que se negaron, se convirtieron en enemigos del estado. Esto dio lugar a que muchos grupos étnicos diferentes se declararan a sí mismos como Yörük, ya que los Yörük recibieron muchos favores tanto del Imperio Otomano como de la nueva República Turca. En particular, muchas tribus kurdas abrazaron la identidad Yörük para asegurar su futuro como nómadas, así como muchos otros grupos.                     Los yörük, se asentaron por todos los Balcanes y aún hoy en día se pueden seguir sus rastros. Muchos yörük todavía mantienen su estilo de vida nómada, criando cabras y ovejas en las montañas de Grecia y el sur de Albania, en Macedonia del Norte, en Bulgaria y en Turquía. 

Hoy los Yoruks crían muy pocos camellos. Sólo los tienen para transportar cargas de unos lugares a otros, y los que tienen camiones o tractores ya no tienen dromedarios


        En el pasado, los Yörük pastoreaban camellos para venderlos a los militares otomanos y a las caravanas itinerantes a través del imperio turco, pero con la mecanización del transporte, los militares invirtieron en ferrocarriles y dejaron de comprar camellos. 

         Hoy en día, los Yörük pastorean principalmente cabras y ovejas. Los animales machos se venden a granjas y aldeas para obtener carne. También venden pelo de cabra y lana. Originalmente, el pelo de cabra, la lana y las pieles se guardaban y se usaban para hacer tiendas de campaña, ropa y tejidos. En estos días es más valioso venderlo. Hoy en día, entre las tribus migratorias Yörük, el tejido kilim y alfombras de ese tejido son raras. Con los materiales que se venden, las habilidades están desapareciendo lentamente.


Cortando pelo a las cabras y lana a las ovejas. O hacen alfombras o venden el pelo y la lana para que otros las hagan

Haciendo productos lácteos con la leche de las cabras

         Los Yörük también elaboran productos lácteos - leche, yogur y queso, producidos principalmente a partir de leche de cabra, como tulum peynir - un tipo de queso de cabra, que se envuelve en la piel de una cabra y se entierra en la tierra consiguiendo que la leche se haga queso más rápido de lo que lo haría sobre el suelo. Los productos lácteos se utilizan para el consumo propio de los Yörük y cualquier excedente se vende a las aldeas.                                   

                Pequeña aldea en las montañas

         La mayoría de los Yörük de hoy, viven en un pueblo en el invierno y en otro pueblo en el verano, allá arriba en las montañas. Tienen dos asentamientos semipermanentes. Hay familias que en verano viven en tiendas de campaña y así pueden moverse distancias relativamente cortas en busca de mejores pastos para su ganado y también porque en las zonas más altas los inviernos son demasiado fríos y las heladas destruyen el cemento, por lo que los edificios confortables no sobreviven allí, solo hay casas de piedra sin ningún tipo de cemento, y entonces están más cómodos en sus tiendas.

Tiendas de campaña. Cada familia tiene la suya 

        Pero en esas noches allá arriba, en las frías montañas, un miembro de la familia duerme afuera con los rebaños y con cuatro perros pastores para protegerse contra los lobos que la familia llama monstruos.

Un grupito de tiendas en una zona de pastos. Siempre se ponen donde hay agua cerca.

    Hay pequeños campamentos de dos o tres tiendas de campaña y grandes campamentos de 18 tiendas de campaña. 


         "Criamos cabras y cada tienda tiene de tres a cuatro rebaños. Cada rebaño está compuesto por aproximadamente 80 animales”. Es lo que cuenta uno de los nómadas actuales. "Tenemos dos rebaños de ovejas negras, pollos para nuestro uso personal, varios perros, incluidos los perros pastores de Anatolia y un Karabaş, una raza de perros pastores mastines de Anatolia muy apreciada como cuidador de rebaños y, por supuesto, un gato. También cultivamos algunas verduras como guisantes, frijoles, lechuga, cebolla y espinacas para nuestro propio consumo cuando podemos encontrar tierras lo suficientemente fértiles. Por supuesto, usamos nuestra leche de rebaño y hacemos queso, yogur y ayran (una bebida hecha con yogurt). También pastoreamos las cabras para nuestro propio consumo, pero vendemos las cabras macho al matadero y a muy buen precio por cabeza. También vendemos toda nuestra piel de cabra y oveja y pelo / lana a la gente del pueblo”. Cada cabra tiene un nombre y es tratada como parte de la familia. Los más pequeños se transportan en una camioneta. "Nunca los llamamos 'animales', los llamamos 'compañeros'.

         Antes del viaje, los Yörük se preparan revisando y arreglando sus tiendas y preparando comida para comer mientras viajan. Hacen queso de las cabras que pastan, cocinan panes planos en sus estufas y cargan sus pertenencias en camellos, aunque la utilización de camellos es cada vez más rara. Su viaje dura entre 20 y 25 días. El principal trabajo durante la migración es controlar sus rebaños de cabras, a veces con caballos y a veces a pie, y siempre con los perros, que ayudan mucho a que los animales no se desperdiguen.

         Pasan por viñedos, huertos y zonas cultivadas, pero son cuidadosos para no dañar los cultivos de los agricultores. 

        "Es un trabajo duro y cada año se vuelve más difícil, pero nuestras almas cobran vida cuando empacamos nuestras tiendas y hacemos nuevos pastos. Nos sentimos muy contentos de ver nuevos caminos y nuevos horizontes”. Esto es lo que dicen algunos nómadas actuales, alguno de los pocos románticos que quedan, pero otros muchos utilizan camiones y el traslado de un lugar a otro solo es cuestión de horas. os pastores y el ganado descansan en las zonas habilitadas para ello.

        Hoy viajar es diferente. Es más rápido y utilizan automóviles, tractores y camiones para transportar sus mercancías y, a veces, rebaños enteros. En el pasado usaban camellos, burros y sus pies. Ya casi nadie tiene camellos, son costosos de alimentar y si se tiene un medio de transporte actual, entonces no hay necesidad de mantenerlos. Ese tiempo ha pasado. Cada día es más frecuente que los nómadas lleven una camioneta o un tractor para así llevar gran cantidad de agua y transportar los utensilios que llevan para su uso. Llevando agua en el tractor se despreocupan de tener que desviarse a lugares donde hay agua para que beba el ganado. Los animales necesitan beber todos los días.  


        Hay jornadas en que su ruta va junto a carreteras principales, y en esas ocasiones se mueven rápidamente por la noche sobre el asfalto, mientras las carreteras aún están vacías para no tener ni ocasionar accidentes.            A los corderos o chivos pequeños hay que llevarles sobre algún burro o carro para que no se cansen, y si la madre está lejos alguien se encarga de darles el biberón de turno. 

A los corderos y a los chivos hay que darles también el biberón cuando sus madres están pastando en la zona a la que han emigrado. Ellos andan muy despacio; las madres se quedan con ellos y el rebaño se desperdiga.


        Mucha gente dice que los Yörük son personas libres, libres de ir a donde quieren y cuando quieren, pero su libertad pura terminó hace mucho tiempo, incluso lejos de las ciudades, pueblos y aldeas, ya que el gobierno les controla más o menos directamente declarando zonas de especial protección o parques nacionales los lugares donde habitualmente iban estos hombres.

        A todos los pastores les gustaría tener una vida fácil, pero no quieren renunciar a sus tradiciones, ni a su historia, ni a todo lo que conocen. Ellos tienen su filosofía de vida: la vida nunca es fácil, pero al menos esta forma de vida es predecible. Los cambios pueden ser buenos, pero a la larga el cambio solo complica las cosas. Hay personas que se han conformado con una vida más fácil, pero todavía no son felices. Su vida es más fácil y ahora tienen tiempo para pensar más en sus problemas y esto los ha hecho infelices. Los pastores nómadas están demasiado ocupados para detenerse y pensar en sus preocupaciones. Es por eso que vivimos vidas largas.

        Y pensando sobre esta filosofía de vida, se puede decir que han perdido gran parte de su libertad, pero todavía tienen sus tradiciones y, lo que es más importante, están contentos con su forma de vida. La libertad plena puede haber terminado, pero la felicidad se ha mantenido. 

El entorno en el que viven estos pastores en el verano es grandioso. Su vida y sus trabajos serán duros, pero el entorno en que lo hacen no puede ser más bonito.

     A pesar de la majestuosa belleza natural que los rodea, vivir como un nómada en la era de la tecnología no es una tarea fácil. Cada individuo, incluso los niños, tiene que trabajar para sobrevivir. No tienen tiempo libre, tienen que trabajar constantemente durante el día. La vida en las tierras altas es dura. 

         Las mujeres tienen un papel destacado en el estilo de vida Yörük. Para empezar, la mujer más vieja de la familia administra la tienda. Tejen las tiendas y las alforjas. Ordeñan a los animales y cosen la ropa. Encienden fuegos en las tiendas, cocinan las comidas y hacen el pan. En sus palabras, sin mujeres no habría "estilo de vida Yörük".        Una pareja joven ha traído a su bebé, pues no tienen con quien dejarle, ya que la abuela está también aquí. También es verdad que este bebé solo mama y con su madre al lado no hay problema.


Lo mismo que le hacen ahora al bebé, se lo hicieron a sus padres, a sus abuelos, a sus bisabuelos,...

         Aunque las tareas son difíciles, ven la belleza detrás del trabajo duro. "El aire fresco, el agua y la belleza de las montañas son fascinantes. Vivimos en el corazón de toda la belleza natural de Anatolia", explica una de las mujeres. Pero el estilo de vida nómada también tiene sus dificultades en los jóvenes. "Es difícil no tener electricidad en las montañas y estar aislado del resto del mundo, es difícil no poder ir a un baile o a una discoteca y poder hablar con chicas y chicos de mi edad”.

                               
¡Qué gran sensación de libertad me da ver estos rebaños de cabras y ovejas vagabundeando por estas montañas!

     

La cena tiene que saber estupenda  después de haber estado todo el día por la montaña con los animales.

                              

                             

        ¿No les dará pena dejar las montañas? ¿Se pararán y mirarán alguna vez hacia atrás? 











                             

                                





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