sábado, 4 de febrero de 2017


FRANCIA: DEL ECOMUSÉE DE LA GRAND LANDE A ARCACHON
       Un poquito separado hacia la derecha de la autopista que va desde España a Burdeos, en medio de las LANDAS, está El Ecomusée de la Grand Lande,   un lugar perdido,  un lugar de otra época, que es el reflejo de la vida rural del siglo XIX. Había un tren que servía para sacar la madera, la resina y cosas por el estilo, pero todo aquello cambió, la gente se fue de allí y el lugar quedó abandonado.

 
 Después de redescubrió y es uno de los grandes atractivos turísticos de la zona. Solo se puede ir en tren, en un tren con unos vagones como aquellos que había sobre los años treinta, cuarenta.


   

     Hay numerosas edificaciones: graneros, cobertizos, cuadras, pocilgas, viviendas de los campesinos, la vivienda del administrador, un molino, etc. todo está muy bien conservado y muy bien ambientado.




 Lo que más me gusta es el interior de las viviendas. Todo está puesto con mucho realismo y con muy buen gusto. En muchos lugares es como si el tiempo se hubiese detenido, todo está puesto como si de un momento a otro fuesen a entrar a la cocina,...
  a sentarse a la mesa, a enganchar el caballo al carro… Paso un rato muy agradable, rato que se pasa enseguida, y al final tengo que darme prisa para poder coger el último tren.

Y el tren para en la antigua estación, la estación de Sabres,  ¡menos mal que no la tiraron! Y desde allí me voy por el interior de las Landas, por pueblecitos pequeños que aparentemente no tienen nada que ver, son pueblitos olvidados, como dejados de la mano de Dios.


En Sabres y en Pissos quedan bastantes casas con vigas entramadas, pero en Francia eso no tiene ningún interés, ya que las hay por casi todos los pueblitos y ciudades.


            En Pissos el sol ya está muy bajo y la luz es un tanto especial. Al ser una luz rasante hace brillar de manera muy especial la hierba, las paredes, los árboles. Todo está lleno de una calidez excepcional; aquí no hay colores fríos, todos los colores son luminosos y muy cálidos.
          Y desde allí al Camping de Arcachón, situado casi a la orilla del mar, en un bassin, un grandísimo estanque o laguna hecha artificialmente. Y aquí el sol ya no está rasante, aquí se está poniendo y el espectáculo es hermosísimo.
En este camping me pasa lo que ya me ha pasado en otros muchos. Es un camping municipal y ya no está el encargado de cobrar; ya no hay nadie a quien pagar ni lo habrá hasta mañana a las 10. A esa hora estaré lejos de aquí. bueno, un camping que me sale gratis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario