domingo, 9 de diciembre de 2018

LA INDIA (9) - Amritsar
Llegamos a AMRITSAR por la noche y directamente vamos al hotel. Por la mañana vamos a visitar el templo dorado. El autobús nos deja en un lugar desde donde se va en un carruaje de caballos.
 Esta zona de la India es la más rica o de las más ricas, pero también hay aquí pobres aunque tienen mejor pinta que los pobres de los lugares que he visitado anteriormente.
 O sea, que en cuestión de pobreza aquí también hay categorías, al igual que en otras partes del mundo.  Es gente que duerme aquí y que ahora vive aquí, en esta explanada.
Montamos en los carros y nos vamos al templo dorado, lugar sagrado por excelencia para los sijs pues aquí se conserva el libro sagrado original. Este templo es Patrimonio de la Humanidad y promete ser un lugar que merece la pena.
Es temprano pero ya hay bastante gente, gente muy bien vestida y limpia. Grupos familiares con niños, ancianos y gente de todo tipo. Todo está muy limpio, no se ve suciedad por el suelo ni por ninguna parte. Esto no parece la India que he conocido hasta ahora.
            Entramos en el recinto y el templo dorado deslumbra. La cúpula tiene 800kg de oro, donación de un maharajá. El templo en medio del lago ofrece una visión diferente desde cada lugar según la posición del sol. No me canso de mirarlo ni de hacerle fotos.
 
 
El sijismo es una religión india que se desarrolla durante los siglos XVI y XVII. Fue fundada por Gurú Nanak en el sXVI. La doctrina básica consiste en la creencia en un único Dios y en las enseñanzas de los diez gurús del sijismo, recogidas en el libro sagrado “Gurú Granth Sahib”.
  Estas enseñanzas propagan algunos valores como: Todos los hombres son iguales.
Practicar la humildad, el amor, la compasión, la alegría…
Proteger a los débiles.
 Participar en el servicio desinteresado hacia los demás.
Teniendo presente estos principios se entiende mejor algunas cosas de las que hacen, como dar comida a quien lo solicita, lo que en un país como India no está nada mal y ser muy amables y muy atentos (por lo menos conmigo lo fueron).
 
Yo no sabía que estos hombres con turbantes y con barbas eran de una religión diferente y que solo estaban en una parte de la India. En las películas y tebeos que vi desde niño estos hombres eran los hindúes tradicionales, los que había por todos los sitios y no creo que esa idea cambie por lo que he conocido en este viaje.
 En el templo dorado he vuelto a disfrutar con la explosión de color de las ropas femeninas, que son diferentes a las del Rajastán pues estas mujeres llevan pantalones y no llevan la barriguilla al aire.
Y también me han gustado mucho los ancianos con sus turbantes de colorees y sus barbas y los guerreros con sus espadas y con esos trajes algo diferentes.
 Desde hace mucho los sijs son guerreros y el que se la hace la paga, sino que se lo pregunten a algunos generales ingleses o a Indira Gandhi.
Los sijs suelen ser bastante ricos y eso lo he notado en su volumen. Cuando llegué a la India y vi a los hombres y mujeres tan delgados creí que una de las características de esta gente era   su delgadez, pero cuando he visto a los sijs que han venido del Canadá y que están todos gordos he aprendido que los flacos lo están a la fuerza.
Una de las características de los templos sijs es que se hacen y se reparten comidas gratuitamente.
Este es el templo principal y aquí es donde más se hacen, y quien lo hace y quien lo reparte y quien friega los cacharros son voluntarios sijs. Vienen aquí y colaboran el tiempo que quieren y en lo que quieren.
El abuelo posa orgulloso con su nieto.
Este templo es un remanso de paz y tranquilidad aunque está lleno de gente.
Me recuerda a las mezquitas en lo de dormir la gente por el suelo y en sentarse a charlar en cualquier rincón;
 pero aquí también las mujeres entran y también charlan animadamente y lucen sus joyas y sus vestidos.  En esto la India es diferente.
Cerca del templo dorado está Jalianwalla Bagh, el lugar donde los ingleses dispararon contra los 20.000 hindúes que se encontraban allí congregados para pedir la independencia. Según las fuentes inglesas murieron 3.780 personas, según los hindúes muchísimas más.
  Este es un lugar especial para los hindúes, yo creo que es especial para cualquier persona con un poco de sensibilidad. Aún están las marcas de algunas de las balas disparadas y el pozo donde muchos se arrojaron intentando huir.
Hay un monumento y una llama permanentemente encendida.
Los que más vienen son hindúes. Los turistas extranjeros llegan, lo ven en un momento y enseguida se van. Las ardillas, que también son hindúes, se quedan  permanentemente en los jardines.
Después vamos al Templo de Durga, un templo al que acuden sobre todo las mujeres que desean quedarse embarazadas. Este templo es totalmente diferente a los otros que he visto. Hay muchas imágenes (no sé si de la misma diosa o diferentes) muy coloreadas; muchas parecen muñecas y hay luces de colores por todos lados.
 Hay una zona que es un pequeño canal por el que hay que andar descalzo, pero el agua entra y sale y lógicamente está limpia. El templo es de dos o tres plantas  y  solamente en la parte de abajo es como un templo tradicional, el resto es un laberinto de pasillos y corredores.
 
 
 

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